Comenzamos con algo muuuy sencillito: Flashes de colores, de los de congelar y rechupetear!
Los colores cambian según el color de la mesa creando efectos muy llamativos. Hoy nos ha gustado estrujarlos a temperatura ambiente, otro día pasarán por la nevera y el congelador (¡y a comer!).
Por una vez, recoger la actividad ha sido de lo más sencillo ¡nada de pringue!
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